Cómo pasar tiempo con Jesús por la mañana
¿Necesita ayuda para entender la Biblia?
Pida una Biblia de estudio gratuita que le ayudará a entender la Palabra de Dios.
Pídala ahora
En una entrada anterior, hablamos de la importancia de pasar tiempo con Jesús cada mañana y de cómo desarrollar este hábito fundamental.
Pero ¿cómo pasamos tiempo con Jesús?
La meta de nuestro tiempo con Jesús por la mañana
No deberíamos pensar que pasar tiempo con el Señor Jesús cada mañana es un deber religioso y aburrido que debemos cumplir. Si lo tratamos como una tarea más en nuestra lista de pendientes, no será muy placentero.
En realidad, cada mañana es una oportunidad preciosa para pasar tiempo a solas sin interrupciones con nuestro querido Salvador, a quien amamos y quien nos ama. Aunque Él vive en nosotros y siempre está con nosotros, necesitamos dedicarle tiempo a fin de profundizar en nuestra relación personal con Él.
El Señor Jesús no quiere que solamente creamos en Él; quiere que lo amemos. Después de todo, Él demostró Su amor al morir en la cruz por nosotros. Ahora desea tener una relación íntima y amorosa con nosotros. En 1 Timoteo 1:14 leemos:
“Y la gracia de nuestro Señor sobreabundó con la fe y el amor que están en Cristo Jesús”.
En el Nuevo Testamento Versión Recobro, la nota 2 sobre la fe y el amor explica:
“Por medio de la fe recibimos al Señor (Jn. 1:12), y por medio del amor disfrutamos al Señor a quien hemos recibido (Jn. 14:21, 23; 21:15-17)”.
Así que estar con el Señor Jesús por la mañana es estar con Aquel a quien amamos; es un tiempo para disfrutar de Él. Podemos saludarlo cada mañana diciéndole: “Señor Jesús, Te amo”. Cuando hacemos esto, sentimos una dulzura en nuestro interior. Y cuanto más le decimos que lo amamos, más crece nuestro amor por Él y más disfrutamos de Él.
Así como pasar tiempo con alguien que amamos no siempre sigue una fórmula determinada, estar con Jesús es lo mismo. La meta es simplemente tener un toque viviente con Él en nuestro espíritu.
¿Entonces, cómo pasamos tiempo con Jesús por la mañana? ¿Qué hacemos durante este tiempo? Veamos algunas maneras en que podemos tener este tipo de toque viviente con Él.
Podemos invocar el nombre del Señor
Aunque no sepamos cómo o qué orar, siempre podemos invocar el nombre del Señor: “¡Oh, Señor Jesús!”. Esta práctica sencilla nos ayuda a abrir nuestro corazón a Él y a ejercitar nuestro espíritu para contactarlo.
Romanos 10:12 dice:
“Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos y es rico para con todos los que le invocan”.
En lugar de preocuparnos por otras cosas, podemos simplemente invocar a Jesús. Cuando lo invocamos, recibimos Su Persona misma. Así es como experimentamos todo lo que Él es para nosotros y todo lo que ha logrado por nosotros. ¡Él es tan rico para con nosotros cuando lo invocamos!
Podemos confesar nuestros pecados
A menudo, cuando comenzamos a abrirnos al Señor invocando Su nombre, Él nos habla a través de nuestra conciencia con respecto a un pecado que hemos cometido. A fin de mantener nuestra comunión con el Señor, es muy importante tener una conciencia purificada. Necesitamos confesar nuestros pecados al Señor Jesús a medida que Él nos hace conscientes de ellos.
Todos hemos experimentado la incomodidad de estar con alguien después de haberlo ofendido. Aunque todavía sentimos afecto el uno por el otro, una barrera nos separa, lo que nos dificulta el pasar un tiempo agradable o incluso hablarnos.
Nuestra relación con el Señor Jesús es aún más delicada. Él vive en nosotros y sabe todas las cosas. Aunque Él quiere tener comunión con nosotros, no puede tolerar el pecado. Así que cuando pecamos o le desobedecemos, inmediatamente se forma una barrera que nos separa de Él.
En 1 Juan 1:9 se nos dice:
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda injusticia”.
Cuando confesamos nuestros pecados a Jesús, somos perdonados y lavados. Según Isaías 43:25, ¡Él incluso olvida nuestros pecados una vez que los hemos confesado! Todas las barreras son eliminadas, y sentimos paz entre nosotros y el Señor. Una vez más, podemos tener comunión libre con el Señor con un corazón despreocupado y abierto.
Podemos leer y orar con la Palabra de Dios
Nuestro tiempo con el Señor por la mañana debería incluir leer la Biblia. La meta en estos tiempos no es estudiar la Palabra, sino ser alimentado. La mejor manera de ser alimentado con la Palabra de Dios es orar con las palabras que leemos.
Efesios 6:17-18 dice:
“Y recibid el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, el cual es la palabra de Dios; con toda oración y petición orando en todo tiempo en el espíritu”.
A veces, mientras leemos la Biblia con oración, nos llama la atención un versículo o una frase en particular. Podemos detenernos y permanecer en esa porción y orarla al Señor. Cuando nos acercamos a la Palabra de esta manera, es posible que ni siquiera terminemos el resto del capítulo o versículo que estamos leyendo; la meta es venir a Su presencia y ser alimentados.
Por ejemplo, digamos que usted llega a Juan 4 en su lectura de la Biblia. Le llama la atención el versículo 10, que dice: “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido y Él te habría dado agua viva”.
Usted puede orar: “Señor Jesús, dame de beber. Vengo a Ti ahora mismo. Gracias, Señor, Tú eres el agua viva que me satisface”.
Cualquier otra cosa que podamos hacer durante nuestro tiempo en la mañana con Jesús, siempre deberíamos incluir tiempo en la Palabra. Podemos hablar con Jesús con las palabras de la Biblia, y Él puede hablarnos a nosotros a través de Su Palabra. Cuando oramos con la Palabra de Dios, ésta nos nutre, refresca, ilumina y fortalece.
Podemos dar gracias al Señor
No siempre estamos de buen humor a primera hora de la mañana. Pero cuando dedicamos un tiempo a agradecer al Señor, nuestro corazón es animado. Y cuanto más le agradecemos, más nos damos cuenta de lo mucho que tenemos que agradecer.
Efesios 5:20 dice:
“Dando siempre gracias por todo a nuestro Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
Nuestro tiempo en la mañana puede ser uno de esos momentos en los que “siempre” damos gracias a nuestro Dios y Padre. Podemos comenzar con un simple: “Gracias por un nuevo día” o “Gracias por amarme”.
También podemos agradecer al Señor por las muchas maneras específicas en las que Él ha cuidado de nosotros. Podemos darle gracias por ser nuestro Salvador, nuestro Pastor y nuestra vida.
La Biblia revela tanto acerca de la persona de Cristo y lo que Él ha hecho por nosotros que nunca podremos quedarnos sin cosas por las que dar gracias.
Podemos cantarle a Jesús
Efesios 5:19 dice:
“Hablando unos a otros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones”.
A veces, un himno expresa nuestros pensamientos y sentimientos mejor que nuestras propias palabras. Cantar un himno puede abrirnos profundamente al Señor Jesús. Nuestros tiempos por la mañana son un buen momento para cantar al Señor.
Hymnal.net es un excelente recurso para encontrar himnos, incluyendo la música que los acompaña.
Pasar tiempo con una Persona maravillosa
El Señor Jesús es una Persona maravillosa que quiere tener una relación íntima y amorosa con nosotros. Así que, en lugar de comenzar nuestro día trayéndole todas las cosas que nos preocupan, primero deberíamos venir a Él para disfrutar de Su presencia. Una vez que hayamos contactado al Señor en nuestro espíritu y lo hayamos disfrutado en Su Palabra, Él nos guiará a orar por asuntos específicos de acuerdo con Su voluntad.
En esta entrada, mencionamos cinco cosas que podemos hacer durante nuestro tiempo con el Señor. Sin embargo, no deberíamos tomarlas como un método al que debemos adherirnos o pasos específicos que necesitamos seguir. Algunos días podemos comenzar dando gracias al Señor Jesús. Luego Él puede iluminarnos con respecto a un pecado u ofensa específica, y podemos confesárselo a Él. Otras veces, al leer y orar con Su Palabra, quizás nos acordamos de un himno y le cantemos. No hay una fórmula establecida; la meta es tener un toque viviente con el Señor cada mañana.
Si abrimos nuestro corazón y ejercitamos nuestro espíritu para contactar a nuestro maravilloso Señor, por lo general tendremos un sentir interno de cómo pasar nuestro tiempo juntos. Esto evita que nuestro tiempo con Él se vuelva metódico, rutinario o seco. En cambio, disfrutaremos de nuestro Señor Jesús de manera fresca mañana tras mañana. Y cuanto más practiquemos, más el Señor nos mostrará cómo contactarlo de una manera viviente y personal.
Si vive en los Estados Unidos, puede pedir un Nuevo Testamento Versión Recobro gratis aquí para usarlo en su tiempo con el Señor.
Suscríbase para recibir las entradas más recientes