La importancia de pasar tiempo personal con Jesús por la mañana
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Cada mañana cuando nos despertamos, podemos elegir cómo comenzaremos nuestro día. Por ejemplo, consideremos dos situaciones hipotéticas.
Situación hipotética 1: Suena el despertador. Alcanza su celular y empieza a mirar sus mensajes de texto, correos electrónicos y redes sociales. Más tiempo pasa mientras que se pone al día con las noticias. Luego se levanta con la mente ocupada por su lista de tareas pendientes. El día acaba de empezar, pero usted ya se siente inundado mientras se apresura a ponerse en marcha.
Situación hipotética 2: Escucha sonar el despertador y dice: “Señor Jesús, Te amo”. Se levanta de la cama y pasa tiempo en comunión con Él en oración y leyendo Su Palabra. Una vez está refrescado y alimentado espiritualmente, se siente fortalecido para el día que tiene por delante.
Probablemente todos preferiríamos la segunda situación. En esta entrada, hablaremos de cómo empezar cada día con el Señor Jesús aporta beneficios invaluables a nuestra vida espiritual y también mencionaremos algunos consejos para desarrollar este hábito.
La importancia de pasar tiempo con el Señor
Si queremos tener una relación con alguien, es esencial pasar tiempo con esa persona. No hay sustituto para pasar tiempo cara a cara con alguien. Esto es aún más cierto en nuestra relación con el Señor Jesús. Él es una persona maravillosa que vive en nosotros y que quiere que lo conozcamos de una manera personal. Pasar tiempo en Su presencia es irremplazable. Es durante esos momentos que podemos tener comunión con Él y comenzar a conocerlo a un nivel más profundo.
La Biblia nos asegura que cuando volvemos nuestro corazón al Señor, lo miraremos a cara descubierta, es decir, sin nada entre nosotros.
En 2 Corintios 3:16-18 se nos dice:
“Pero cuando su corazón se vuelve al Señor, el velo es quitado. Y el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu”.
El Señor hoy está tan cerca; Él como Espíritu está morando en nuestro espíritu. Cuando nuestros corazones se vuelven a Él, todos los velos son quitados y podemos mirarlo a cara descubierta en nuestro espíritu. Mientras hablamos con el Señor en oración y dejamos que Él nos hable, Él imparte más de Sí mismo en nosotros.
El mejor momento del día para pasar con Jesús
Definitivamente podemos, y deberíamos, contactar al Señor en nuestro espíritu a lo largo del día. Cualquier tiempo que pasemos con Él es valioso.
Pero el mejor momento del día para pasar tiempo ininterrumpido con el Señor es por la mañana, antes de que nuestros corazones y mentes estén ocupados por tantas otras cosas. Probablemente hemos notado cómo las oportunidades de estar a solas con Jesús parecen disminuir a medida que avanza el día. Antes de que nos demos cuenta, el día ha terminado y estamos exhaustos.
En lugar de apresurarnos para ponernos en marcha, podemos disfrutar de la comunión íntima con el Señor Jesús en la frescura de un nuevo día. Mientras todo todavía está tranquilo, podemos abrir nuestros corazones para mirar Su belleza, tener comunión con Él, hablarle y disfrutar de Él en Su Palabra. Al pasar este tiempo sin interrupciones con nuestro amado Señor Jesús, entramos más y más en una relación afectuosa y personal con Él.
Tener este tiempo por la mañana también ayuda a establecer la dirección y el tono para el resto de nuestro día. No podemos subestimar el valor de mirar al Señor a primera hora por la mañana.
Encontrarnos con el Señor en la mañana
Muchos versículos a lo largo de la Biblia hablan de encontrarse con Dios por la mañana. Aquí hay algunos del Antiguo Testamento:
Salmos 5:3: “Oh Jehová, por la mañana oirás mi voz; por la mañana te presentaré mis palabras en orden, y velaré”.
Isaías 26:9: “En la noche te desea mi alma; en verdad mi espíritu dentro de mí te busca por la madrugada; porque cuando Tus juicios están en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia”.
Isaías 50:4: “El Señor Jehová me ha dado lengua de discípulo, para que sepa sostener con una palabra al cansado. Mañana tras mañana me despierta; despierta mi oído para que escuche como discípulo”.
Y en el Nuevo Testamento, el mismo Señor Jesús es nuestro ejemplo:
Marcos 1:35: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, [Jesús] salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”.
Establecer un hábito
Pasar tiempo con el Señor a primera hora de la mañana requiere más que una inspiración fugaz. Tenemos que hacer un esfuerzo e incluso establecerlo como un hábito, lo que requiere práctica y perseverancia. Es posible que no tengamos éxito todos los días, pero con el tiempo, llegará a ser una parte regular de nuestras vidas sin la que no podremos vivir.
Veamos algunos consejos prácticos para establecer este hábito espiritual saludable.
1. Pedirle ayuda al Señor. Dado que el Señor desea tener una relación con nosotros, seguramente responderá a nuestras oraciones sobre este asunto. Podemos orar: “Señor Jesús, realmente quiero comenzar mi día contigo. Suminístrame la gracia cada mañana para poner todo lo demás a un lado para poder estar contigo primero”.
2. No se quede despierto demasiado tarde. Ir a dormir tarde hace que sea difícil estar con el Señor antes de tener que seguir con nuestro día. Hacer un pequeño cambio de ir a dormir incluso 20 o 30 minutos antes nos ayudará a levantarnos más temprano para que podamos estar con el Señor por la mañana.
3. No se desanime por los fracasos. Deberíamos recordar que forjar un hábito para toda la vida requiere práctica. Si fracasamos, no sirve de nada ser duros con nosotros mismos. En lugar de eso, podemos simplemente empezar de nuevo a la mañana siguiente. La Biblia nos dice en Lamentaciones 3:23 que las compasiones del Señor son nuevas cada mañana. Sólo tenemos que tomarlo un día a la vez.
4. Comience con algo pequeño y sea constante. Al desarrollar un nuevo hábito, es fácil intentar abarcar más de lo que podemos manejar. Podemos sentirnos inspirados y prometernos a nosotros mismos que dedicaremos una hora al Señor todas las mañanas. Pero probablemente no podremos mantener eso por mucho tiempo, especialmente si nunca lo hemos hecho antes. Es mejor comenzar con algo pequeño, tal vez sólo 10 minutos, e ir aumentando el tiempo poco a poco. Puede encontrar lo que funcione mejor para usted, pero lo principal es ser constante.
5. Trate de usar una copia impresa de la Biblia. La mejor manera de evitar todas las distracciones en nuestros teléfonos celulares es guardarlos durante nuestro tiempo con el Señor. Puede intentar usar una copia impresa de la Biblia en lugar de leerla en su dispositivo. Esto hace que sea más fácil centrarse en el Señor y en Su Palabra y evitar la tentación de revisar mensajes, correos electrónicos u otras notificaciones.
Que el Señor nos ayude a todos a ver cada mañana como una oportunidad preciosa para disfrutar de Él y deleitarnos en Él.
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