Nuestro remedio espiritual: El Espíritu como una dosis todo-inclusiva

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dos círculos solapados

Usted ha tratado de evitarlo, pero de alguna manera ha agarrado ese resfriado que está circulando. Resoplando, con dolor de cabeza y congestionado, se siente terrible. Así que se obliga a ir a la tienda para obtener uno de esos medicamentos para aliviar los múltiples síntomas del resfriado, se toma la primera dosis y comienza a sentirse un poco mejor.

A nadie le gusta estar enfermo. Pero ¿alguna vez ha sentido como si tuviera un “resfriado” espiritual? Usted quiere expresar a Cristo a la gente, pero descubre que no puede hacerlo. Por ejemplo, tal vez usted se esfuerce por ser paciente con alguien, pero al final, está tan exasperado que dice algo desagradable e inmediatamente se arrepiente.

Experiencias como éstas lo hacen darse cuenta de que está “enfermo” por la escasez de paciencia y bondad, por lo que le pide al Señor que le dé más paciencia o le ayude a ser amable.

Pero esto no parece ayudar. Cuanto más le pedimos al Señor que nos dé paciencia o que nos ayude a ser mejores, peor nos volvemos. Pero hay buenas noticias: tenemos una “medicina” espiritual de múltiples síntomas para todo lo que nos aflige en nuestra vida cristiana.

En esta entrada, descubriremos esta eficaz medicina espiritual que Dios nos ha dado al leer algunos extractos del libro La economía de Dios por Witness Lee. Este libro abre la Palabra de Dios de una manera que provee una tremenda ayuda para establecer la dirección de toda nuestra vida cristiana.

La economía de Dios

Primero abordemos el significado de economía en el título del libro. En griego, el idioma original del Nuevo Testamento, la palabra oikonomía se traduce al español como economía. Esta palabra griega aparece en varios lugares del Nuevo Testamento, como Efesios 1:10:

“Para la economía de la plenitud de los tiempos, de hacer que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra, en Él”.

Witness Lee también escribió las notas de estudio en el Nuevo Testamento Versión Recobro. En la nota 1 de este versículo, él explica el significado de economía:

 “O, plan. La palabra griega oikonomía significa ley doméstica, administración familiar y por derivación significa distribución, plan o economía administrativa (véase la nota 43 de 1 Ti. 1). La economía que Dios, según Su deseo, planeó y se propuso en Sí mismo, es que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas en la plenitud de los tiempos. Esto se lleva a cabo por medio de la impartición del abundante suministro de vida del Dios Triuno, como factor vital, en todos los miembros de la iglesia, para que sean levantados de la situación de muerte y unidos al Cuerpo”. 

La economía de Dios, o el plan de Dios, es impartir el abundante suministro de vida del Dios Trino en los seres humanos.

En el libro La economía de Dios, Lee expone en detalle la economía de Dios, que resulta en que Dios obtenga una expresión de Sí mismo en el universo a través de su pueblo escogido.

Nuestra dosis espiritual todo-inclusiva

El capítulo 2 de este libro, titulado “El Espíritu todo-suficiente”, revela las riquezas que se hallan en el Espíritu. Lee escribe en la página 17 que el Espíritu, que recibimos cuando nacimos de nuevo, “está en nosotros como la misma transmisión de Dios, transmitiendo constantemente todo lo que Dios es y tiene en Cristo”. 

Lee entonces continúa en la página 18:

“¿Nos hemos dado cuenta alguna vez de que, en todo el mundo, el Espíritu Santo es la mejor ‘dosis’? Una sola dosis es suficiente para satisfacer todas nuestras necesidades. Todo lo que el Padre y el Hijo son y todo lo que Ellos tienen está en este Espíritu maravilloso. Considere cuántos elementos están en esta dosis: la divina naturaleza de Dios, Su naturaleza humana, Su vivir humano con los sufrimientos terrenales, la maravillosa eficacia de Su muerte, Su resurreccción, Su ascensión y Su entronización. ¡Oh no podemos imaginarnos qué clase de dosis es ésta! Sin embargo, alabado sea el Señor, cada día podemos disfrutarla”. 

Una sola píldora de ese medicamento para el resfriado con síntomas múltiples funciona porque contiene una variedad de ingredientes que se enfocan en diferentes problemas. Es todo-inclusiva. Es una buena ilustración del Espíritu como una dosis todo-inclusiva que satisface todas nuestras necesidades. En el Espíritu todo-suficiente hay muchos aspectos ricos del Padre y del Hijo que podemos disfrutar diariamente.

La solución a nuestros problemas no es pedirle a Dios que nos dé más paciencia o bondad, sino simplemente tomar la dosis. Cuando nos damos cuenta de nuestra carencia, simplemente necesitamos tomar la dosis todo-inclusiva del Espíritu. Según la economía de Dios, Dios quiere que recibamos y disfrutemos del abundante suministro de vida que hay en Él.

Aprender más enseñanzas no ayuda

Lee muestra la diferencia entre disfrutar de la dosis eficaz del Espíritu y simplemente aprender doctrinas y conocer enseñanzas sobre cómo debemos vivir como cristianos. Él comparte su experiencia de ser enseñado de acuerdo con Romanos 6 que hemos sido crucificados juntamente con Cristo y debemos reconocernos como muertos. Comenzando en la página 18, Lee escribe:

“Pero cuanto más lo hacía, [reconocerme como muerto], más vivo estaba. Esto no funcionó debido a que la fórmula fue incorrecta. Un día, después de muchos años, el Señor abrió mis ojos para que viera que la realidad de Su muerte no está en mi reconocimiento, sino en mi disfrute del Espíritu Santo. Esto está revelado en Romanos 8. Romanos 6 solamente nos da la definición, pero Romanos 8 nos da la realidad de la muerte de Cristo, debido a que la eficacia de la muerte de Cristo está en el Espíritu Santo. Mientras más comunión tengamos con Cristo en el Espíritu Santo, más seremos inmolados”. 

El punto que Lee hace aquí es que la aplicación real en nuestra experiencia de Romanos 6 se encuentra en Romanos 8, un capítulo lleno de la experiencia y el disfrute del Espíritu que mora en los creyentes.

Luego, en la página 19, Lee da más detalles de su experiencia:

“Anteriormente cuando yo odiaba a un hermano, me decían que ‘el yo odiador’ estaba crucificado, y que en vez de odiarlo yo debía amarlo. Así que yo trataba de considerarme muerto, pero esto no me daba resultado. Cuando más me contaba muerto, más odio sentía hacía él. Luego, un día mientras tenía comunión con el Señor fui lleno de Su Santo Espíritu. ¡Oh cómo fluyeron de mí las lágrimas! Me di cuenta de que el poder aniquilador estaba dentro de mí, matando mi odio y mi orgullo. Automáticamente el amor, mezclado con lágrimas, brotó de mi corazón para con este hermano. ¿Qué fue esto? Eso fue el elemento mortífero, en la maravillosa dosis, la eficacia de la muerte de Cristo en el Espíritu”. 

Muchos de nosotros hemos descubierto que tratar de aplicar mentalmente una enseñanza que hemos aprendido —como por ejemplo, fuimos crucificados con Cristo, no deberíamos odiar a nadie y deberíamos amar a nuestros hermanos cristianos— no funciona. Pero también hemos experimentado que cuando tomamos la dosis del Espíritu al contactar al Espíritu, el “ingrediente” de la muerte de Cristo que está en el Espíritu opera espontáneamente en nosotros; nuestro odio es puesto a fin, y Su amor nos llena.

El contenido de la dosis

Averigüemos más sobre el contenido de la dosis del Espíritu todo-inclusivo. Primero, veamos Filipenses 1:19:

“Porque sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación”. 

Ahora leamos este párrafo en las páginas 19-20 de La economía de Dios:

“Dentro de este Espíritu de Jesús hay una suministración todo-suficiente. En Filipenses 1:19, la Palabra ‘suministración’ es una palabra griega especial que implica ‘la suministración abundante o todo-inclusiva’. El Espíritu de Jesús es una suministración todo-inclusiva, en la cual todas nuestras necesidades son satisfechas. ¿Qué necesitamos? ¿Necesitamos consuelo? Nadie puede verdaderamente consolarnos, ni aún nuestros propios hijos ni nuestros padres ni nuestras queridas esposas. El verdadero consuelo procede del Espíritu de Jesús que mora en nosotros. Cuando tenemos comunión con Jesús en este Espíritu y cuando vivimos en este Espíritu maravilloso, automáticamente tenemos consuelo interior. No importa cuál sea el ambiente exterior, hay reposo y consuelo en nuestro interior”. 

Podemos sustituir consuelo en este párrafo por cualquier cosa que necesitemos en cualquier momento: paciencia, bondad, amor, longanimidad, paz, incluso autocontrol. Todo esto está ahora disponible para nosotros en el Espíritu.

Necesitamos recordar que la economía de Dios, el plan de Dios, es impartirse a Sí mismo como el suministro de vida abundante en nuestro ser. Así que Dios no nos da algo como amor o paciencia, ni simplemente quiere ayudarnos a ser amorosos. En cambio, debemos darnos cuenta de que Él es el Espíritu en nosotros, y en Él está todo lo que necesitamos en cualquier situación. Lo que Dios quiere es que simplemente disfrutemos del Espíritu. Cuando lo hacemos, disfrutamos de Él como la dosis todo-inclusiva que satisface todas nuestras necesidades.

Cómo podemos tomar esta dosis

A diferencia de la medicina para el resfriado, si queremos disfrutar de este Espíritu maravilloso, no necesitamos ir a ningún sitio para obtenerlo. ¡Ya tenemos esta dosis! El Espíritu no está lejos de nosotros. De hecho, nadie puede estar más cerca de nosotros que Él porque Él está en nosotros.

Antes de que fuéramos salvos, el Señor estaba fuera de nosotros y separado de nosotros. Pero cuando fuimos salvos, eso cambió. En el momento en que nos arrepentimos y creímos en Jesús como nuestro Salvador, nacimos de nuevo, y el Espíritu entró a vivir en nuestro espíritu, la parte más profunda de nuestro ser.

Y 1 Corintios 6:17 declara:

 “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. 

¡La Palabra de Dios nos dice que el Señor no sólo está en nosotros, sino que en realidad somos un espíritu con Él! Él se impartió a Sí mismo en nuestro espíritu para vivir en nosotros y ser un espíritu con nosotros. Así que para disfrutarlo como el Espíritu todo-suficiente, simplemente necesitamos contactarlo en nuestro espíritu. En lugar de permanecer en nuestros pensamientos o sentimientos, necesitamos aprender a contactar al Espíritu en nuestro espíritu.

Centrarnos en la economía de Dios

Ahora, leamos este párrafo del libro en la página 20:

“En el cristianismo, demasiadas doctrinas están distrayendo del Señor mismo al pueblo del Señor, haciendo que ellos yerren el blanco de la economía de Dios. ¿Cuál es este blanco? Es simplemente el Espíritu Santo todo-inclusivo morando en nuestro espíritu humano”. 

Las doctrinas o enseñanzas en realidad pueden distraernos y hacernos perder la meta, el blanco, de la economía de Dios. En cambio, debemos enfocarnos en el maravilloso Espíritu todo-inclusivo que mora en nuestro espíritu.

El párrafo continúa:

“Durante todo el día aprenda a tener contacto con el Espíritu Santo y a seguirlo. Aprenda a tener comunión y tratar con Él. El cristianismo nos enseña a tratar con formas, reglamentos y doctrinas. Aun las Escrituras se leen de una manera equivocada, ya que al leerlas se tiene poco o ningún contacto con el Espíritu Santo. Solamente aprendemos doctrinas de lo que está impreso. Necesitamos leer las Escrituras por medio de ejercitar nuestro espíritu para tener contacto con el Espíritu Santo, y no por medio de usar nuestros ojos para ver las palabras y ejercitar nuestra mente solamente para entender las enseñanzas. Desde la mañana hasta la noche, debemos tener trato con Aquél que mora en nosotros, porque Él es el suministro abundante del Señor Jesús”. 

Este párrafo menciona varias cosas que nos ayudan a centrarnos en y disfrutar del Espíritu todo-suficiente:

  • Contactarlo: podemos contactarlo al orar, no sólo durante el tiempo que reservamos para la oración, sino constantemente a lo largo del día. Podemos hacer esto al hacer oraciones cortas, al invocar Su nombre e incluso al cantar a Él.
  • Seguirlo: cuando el Señor nos habla desde nuestro interior, debemos estar de acuerdo con Él y obedecerle.
  • Tener comunión y tratar con el Espíritu: podemos tener comunión con Él al hablar con Él sobre cualquier cosa en oración.
  • Leer las Escrituras: al ejercitar nuestro espíritu para contactar al Espíritu Santo, al orar con la Palabra de Dios.

Como Espíritu en nuestro espíritu, Cristo mismo es todo lo que se requiere para que vivamos nuestra vida cristiana. Nuestra necesidad única es contactar y disfrutar del Espíritu diariamente, e incluso constantemente.

Le animamos a leer el capítulo 2 de La economía de Dios en su totalidad y aprender más acerca del tremendo asunto de la economía de Dios. Puede descargar el libro gratis aquí desde cualquier parte del mundo.

Si vive en los Estados Unidos, también puede pedir un Nuevo Testamento Versión Recobro gratis y leer la nota mencionada en esta entrada con todas sus referencias sobre la economía de Dios.