La historia de la Biblia, parte 3: la interpretación

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La interpretación: ¿de qué manera abrimos el significado completo de la Biblia?

Mediante la transmisión de la Biblia, el aliento de Dios de su realidad intangible fue recibido y escrito como un texto legible y cognoscible por el linaje humano. El próximo paso, el de la traducción de la Biblia involucró el proceso completo de liberar los manuscritos originales de los confines de las lenguas arcaicas y transcribirlas a idiomas contemporáneos.

El punto culminante del proceso completo de recibir y traducir la Biblia es el entendimiento que tenía el autor del significado de su contenido. No es suficiente que la Biblia sea traducida a nuestro idioma; a fin de que entendamos el texto, necesitamos además la interpretación adecuada de modo que entendamos lo que estamos leyendo.

La Palabra de Dios es nuestra comida (Mt. 4:4), no obstante a fin de ser nutridos necesitamos que la Palabra permanezca abierta a nosotros y nos traiga a un entendimiento adecuado. Por lo tanto, el salmista se deleito no solamente en la palabra del Señor (Sal. 119:16) sino también en “la exposición [de las] palabras,” `”las cuales alumbran y hacen entender a los simples (v. 130)”. La interpretación espiritual abre la Palabra a fin de que podamos percibir su significado correcto.

La hermenéutica

La hermenéutica, el estudio de principios metodológicos de interpretación, históricamente ha prestado atención precisa a la gramática y lógica, al igual que a los contextos psicológicos e históricos de la Biblia. El objetivo de la hermenéutica es desarrollar una clave interpretativa, un principio regulador que se sostenga por sí solo aparte de los pasajes individuales, a fin de presentar el mensaje central de la Biblia.

Es necesario interpretar la Biblia basándose en una clave hermenéutica, especialmente al encontrar pasajes desafiantes, para resolver diferencias obvias, y ensamblar el mensaje central de la Biblia que se ha desarrollado a través de varios pasajes. A lo largo de la historia los traductores de la Biblia han desarrollado diferentes claves hermenéuticas, tocando varios aspectos de las interacciones de Dios con las actividades relacionadas al hombre.

La mejor y más profunda hermenéutica debe de revelar a final de cuentas no sólo lo que hace Dios sino también quién es Dios conforme a Su ser intrínseco.

Las herramientas de interpretación

Una deficiencia enorme del texto escrito es la inestabilidad de transmitir el tono o el sentir del diálogo de una forma tan plena y clara como lo haría un orador entusiasmado. Por esta causa, en los tiempos del Antiguo Testamento cuando las Escrituras eran leídas en voz alta, la lectura era acompañada por “la interpretación y el sentido que daban a fin de que el pueblo entendiese la lectura” (Neh. 8:8).

La traducción escrita por sí sola es, en cierto sentido, una forma de interpretación elemental; pero, por si misma es como si se dejara la transcripción de un argumento sin tener un sentido claro del tono, la inflexión de voz, el ritmo y el volumen, incluso los gestos y movimientos del orador. Los estudios en comunicaciones consideran los elementos paraverbales y no verbales de la lengua, como aquellos que forman el 90 por ciento de lo que se entiende y percibe.1 Por lo cual, empezamos a entender que no solamente tenemos la necesidad de una traducción precisa, sino también de una interpretación adecuada que la acompañe a fin de comunicar el sentido del pasaje en las Escrituras de forma completa.

El estudio hermenéutico de las Escrituras es el establecimiento de un conjunto sólido y “complejo de normas con el fin de encontrar y expresar el verdadero significado que los escritores inspirados querían decir”.2 Aunque al formalizar y dar por estándar una base para la interpretación esta no necesariamente elimina las diferencias entre las distintas interpretaciones; si puede exponer, por otro lado, una multitud de interpretaciones ilógicas, irrelevantes y por lo general inadecuadas.

Un marco externo para evaluar los pasajes en una obra tan compleja y rica como la Biblia, la cual contiene los escritos de más de 40 autores clasificados por géneros literarios, traza una línea central en las Escrituras como un contexto para reunir el significado de la Palabra de Dios que deseaban transmitir los escritores.

El objetivo de la hermenéutica es capturar el significado pleno y veraz de cada pasaje de la Biblia. Las palabras de estudio, los glosarios y comentarios son herramientas utilizadas para estudiar varias facetas que hay en las Escrituras:

  1. el lenguaje del texto—presupone un conocimiento de los idiomas originales del texto sagrado y examina su gramática y lógica;
  2. el contexto del texto—la relación de un pasaje específico a los versículos que se encuentran en su entorno y al contexto general del libro;
  3. la psicología del escritor y el contexto histórico; y
  4. los aspectos de la verdad que se discuten en un pasaje específico, por ejemplo, la justificación, la santificación, la salvación, etc., de acuerdo a su definición completa y a su desarrollo a través de las Escrituras.

Entonces, basado en los elementos del texto presentados aquí, la hermenéutica tiende a exponer un pasaje siguiendo un estilo de significado específico: (1) literal, (2) moral, (3) alegórico o (4) anagógico (profético).

El Paralelismo es otro principio hermenéutico predominante al interpretar las Escrituras con las mismas Escrituras, con la base de creer en la unidad de las Escrituras.

Todas estas maneras de enfocar la interpretación indican que existe una perspectiva subyacente al texto de las Escrituras que permanece separado de los pasajes individuales y unifica el mensaje de la Biblia. Todos estos principios empleados en nuestra lectura de la Palabra nos suministran la clave hermenéutica mediante la cual podremos interpretar y entender la Biblia.

La progresión histórica de la interpretación

Por más de 2000 años en la historia de la iglesia podemos observar un espectro de interpretaciones que guiaron el entendimiento y la enseñanza de los maestros prominentes de la Biblia. Múltiples claves de interpretaciones han aumentado enormemente nuestro entendimiento de las Escrituras:

  • La ley y el evangelio: Martín Lutero, el gran precursor, “el padre de la Reforma” puso en práctica la distinción entre la ley y el evangelio como el principio que rige el entendimiento y la enseñanza de la Biblia completa. De hecho, Lutero nos da un resumen completo del Antiguo Testamento, el cual es la ley que representa las exigencias que se le da al hombre y expone su incapacidad de cumplirlas; y el Nuevo Testamento como el evangelio es un libro lleno de las buenas nuevas de las promesas de Dios a través de Cristo, especialmente la justificación por medio de la fe. Lutero claramente expresó “No hay ningún libro en la Biblia en el cual ambos no sean hallados. Dios siempre ha puesto lado a lado tanto la ley como la promesa.”3 Lutero animó a otros a leer la Biblia basándose en este principio: “Por lo tanto, retenga esta distinción, no importa que libros tenga en frente de usted ya sea del Antiguo o del Nuevo Testamento, léalos con discernimiento [entre la ley y el evangelio]”4
  • Los pactos: la teología de la Reforma estaba sustentada en las enseñanzas de Juan Calvino, quien interpretó la Biblia con base a los dos pactos: el pacto de las obras y el pacto de la gracia. A pesar de que existen pasajes que parecen apoyar la teología del pacto de Calvino, esta interpretación específicamente necesita un equilibrio apropiado y el entendimiento de las riquezas de la verdad divina.
  • La santificación: la interpretación de la Biblia de Juan Wesley, quien introdujo la enseñanza de la abolición de los pecados a través de la santificación de forma instantánea y gradual. Como resultado, el hombre es tanto justificado por fe como santificado por fe.
  • Las dispensaciones: John Nelson Darby, uno de los líderes de la Asamblea de los Hermanos, avanzó enormemente en su entendimiento de las dispensaciones por medio de las cuales Dios trata con el hombre en diferentes maneras y en diferentes edades de acuerdo con Su propósito para esa época específica. La Asamblea de los Hermanos entendían que trazar bien la palabra de verdad (2 Ti. 2:15) era dividir la Biblia en varias dispensaciones: la inocencia, la consciencia, el gobierno humano, la promesa, la ley, la gracia y el reino.

Todas estas claves explicativas tienen su base en las Escrituras, y en su mayor parte han adelantado nuestro entendimiento de la Biblia. La existencia sincrónica de múltiples guías de interpretación válidas—sin mencionar algunas interpretaciones conflictivas también—indican que una interpretación que se basa en las Escrituras y una lógica apropiada son insuficientes para determinar una clave hermenéutica que nos satisfaga por completo. Una interpretación de las Escrituras, aunque generalmente utilizada en el texto completo, puede ser cien por ciento correcta, pero pueda que abarque solamente a una parte de la revelación bíblica.

Por ejemplo, algunas interpretaciones de la Biblia pueden presentar a Dios como el Juez Justo, el Creador, o como nuestro Padre celestial, pero no ofrecen una explicación por lo cual Dios es Triuno.5

Esto nos lleva a buscar una clave máxima de interpretación de las Escrituras, una clave que no termine por anular las otras claves de interpretación, pero que también esté respaldada por el texto completo de las Escrituras y que a su vez incorpore la revelación completa de la Biblia.

La llave maestra

Entonces, ¿cuál es la “llave maestra” la llave máxima para interpretar las Escrituras que abre el significado completo en la Biblia?

Como hemos mencionado anteriormente, la hermenéutica mejor y más elevada debe revelar no solamente lo que Dios hace, sino también quién es Dios conforme a Su ser intrínseco. La Biblia revela que Dios en Su ser intrínseco es el Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu.

Desde Génesis hasta Apocalipsis, la llave maestra para abrir el significado en la Biblia es la economía divina del Dios Triuno.

En pocas palabras, la economía de Dios es el plan de Dios y la manera de impartirse a Sí mismo en el hombre para obtener Su expresión.

Las palabras “La economía de Dios” vienen de 1 Timoteo 1:4. La palabra “economía”, traducida de la palabra griega oikonomia, es el arreglo administrativo, principalmente en un hogar. Dios tiene Su economía, Su arreglo, y esta economía abarca todo lo que Dios hace y todo lo que Él es.

El hablar de Dios ha pasado por un recorrido increíble en relación a su transmisión y traducción. No sólo esto, pero por medio del paso de la interpretación, especialmente con el descubrimiento de la llave maestra, el hombre puede entender el significado que la Biblia intenta comunicar.

La economía de Dios como la llave maestra abre nuestro entendimiento y nos permite ver la revelación central de toda la Biblia. A través de toda la Biblia podemos ver que, el Dios Triuno: El Padre, el Hijo y el Espíritu, se imparte en el hombre. Es mediante esta impartición que Dios obtiene Su propósito de expresarse a Sí mismo en el hombre por toda la eternidad.

El asunto de la economía de Dios es completa, profunda y rica, y esta entrada no la cubre de forma adecuada. Para una explicación más completa, le animamos a leer La economía de Dios por Witness Lee. El libro lo puede encontrar y leer en esta lista por orden alfabético de la biblioteca en línea de la editorial o descargar gratuitamente aquí.

Todos los versículos y las notas son citados de la Santa Biblia Versión Recobro. Puede pedir una copia gratuita del Nuevo Testamento Versión Recobro aquí.

1 A. Mehrabian and M. Weiner, “Decoding of Inconsistent Communication,” Journal of Personality and Social Psychology 6, no. 1 (May 1967): 109-114; A. Mehrabian and S. Ferris, “Inference of Attitudes from Nonverbal Communication in Two Channels,” Journal of Consulting Psychology 31, no. 3 (June 1967): 248-252.

2 Anthony Maas, “Hermeneutics,” in The Catholic Encyclopedia, vol. 7 (New York: Robert Appleton Company, 1910), http://www.newadvent.org/cathen/07271a.htm.

3 Richard Bucher, ed., “Sermon for the Third Sunday in Advent, Matthew 11:2-10,” in The Sermons of Martin Luther, vol. 1 (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1983), 100, last modified March 25, 2007, http://www.trinitylutheranms.org/MartinLuther/SermonsPage.html.

4 Ibid.

5 Kerry S. Robichaux, “A Prolegomenon to a Hermeneutic of the Bible According to the Intrinsic Being of God,” Affirmation and Critique 4, no. 3 (July 1999): 12-14.