Cómo podemos experimentar el descanso verdadero para nuestras almas
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Todos llevamos cargas en nuestra vida humana. Cosas como dificultades financieras, entornos laborales problemáticos, situaciones familiares dolorosas y problemas de salud pueden hacernos sentir físicamente agotados e interiormente exhaustos. Mientras luchamos por sobrellevar estas cargas, podríamos preguntarnos dónde podemos encontrar alivio y descanso reales y duraderos.
En Mateo 11:28-29, el Señor Jesús hizo un llamado:
“Venid a Mí todos los que trabajáis arduamente y estáis cargados, y Yo os haré descansar. Tomad sobre vosotros Mi yugo, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.
En esta entrada, examinaremos esta preciosa promesa de Jesús con la ayuda de las notas en el Nuevo Testamento Versión Recobro.
¿Qué significa tener descanso para nuestras almas?
Podríamos pensar que tener descanso es imposible a menos que nuestras circunstancias cambien o todos nuestros problemas desaparezcan. Pero el descanso que el Señor nos promete no depende de nuestras circunstancias. Y va más allá que el descanso que podríamos experimentar al sólo estar menos ocupados. Probablemente hemos experimentado sentirnos agitados e inquietos incluso cuando estamos de vacaciones. A pesar de que nuestro entorno y nuestras circunstancias son diferentes, quizás interiormente todavía no tenemos descanso verdadero.
En Su promesa a nosotros, el Señor Jesús no dijo que Él mejoraría nuestra situación, o que nos daría una vida libre de problemas. En cambio, Él dijo que si venimos a Él, Él nos dará descanso.
En el Nuevo Testamento Versión Recobro, la nota 2 sobre descansar en Mateo 11:28 dice:
“No sólo se refiere a ser librado de la ardua labor y carga agobiante que se tiene al estar bajo la ley o la religión o bajo cualquier clase de trabajo o responsabilidad, sino también a tener perfecta paz y plena satisfacción”.
Ahora leamos la nota 4 sobre almas en el versículo 29:
“El descanso que encontramos al tomar el yugo del Señor y aprender de Él, es descanso para nuestras almas. Es un descanso interior; no es algo meramente exterior en naturaleza”.
Debido a que el descanso que el Señor nos da es uno interior, podemos experimentarlo incluso en medio de un ambiente difícil. En cualquier situación, cuando venimos al Señor, Él nos da descanso interior para nuestras almas. Así es como experimentamos la perfecta paz y la plena satisfacción.
De hecho, este descanso no es una cosa objetiva que el Señor Jesús nos da que está separada de Él mismo. Él mismo es nuestro descanso verdadero. Él vino a vivir en nosotros para ser todo para nosotros con miras a nuestra experiencia y disfrute.
¿Cómo podemos venir al Señor Jesús hoy?
Cuando el Señor Jesús vivía físicamente en la tierra, venir a Él significaba que usted tenía que estar en el mismo lugar donde Él estaba al mismo tiempo. Si Él iba a Galilea, la única manera de venir a Él era viajar también a Galilea.
Pero éste no es el caso para nosotros hoy. El Señor Jesús pasó por la muerte y la resurrección, y 2 Corintios 3:17 nos dice que ahora en resurrección, “el Señor es el Espíritu”.
Como Espíritu, Él entró en nuestro espíritu humano, nuestra parte más profunda, cuando primero creímos en Él. Es por esto que 2 Timoteo 4:22 dice: “El Señor esté con tu espíritu”.
Estos dos versículos nos muestran que ahora el Señor como Espíritu mora en nuestro espíritu humano.
Puesto que Él está en nuestro espíritu, para nosotros venir al Señor es venir a nuestro espíritu. Y podemos hacerlo en cualquier momento, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia. Cuando venimos a Él en nuestro espíritu, encontramos descanso para nuestras almas.
Cuatro maneras prácticas de venir al Señor y encontrar descanso en nuestra vida diaria
Entonces, ¿cómo venimos al Señor en nuestro espíritu? Aquí hay cuatro maneras en que podemos practicar venir a Él:
1. Invocar su nombre: Ésta es la manera más sencilla de venir al Señor. En cualquier momento, podemos clamar: “¡Oh, Señor Jesús! ¡Señor Jesús, te necesito! ¡Oh, Señor Jesús!”. Incluso susurrar Su nombre nos lleva a Él, nos libera de nuestras cargas y nos llena de Cristo, quien es nuestro descanso verdadero.
2. Hablar con Él en oración: Cuando oramos al Señor, no tenemos que componer oraciones largas y formales. En cambio, podemos simplemente hablar con Él. Podemos derramar nuestro corazón ante Él y contarle todo acerca de nuestra situación. De esta manera, podemos practicar lo que 1 Pedro 5:7 nos dice que hagamos: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él se preocupa por vosotros”.
3. Orar sobre Su Palabra: Mientras leemos la Biblia, podemos orar con la Palabra de Dios. Por ejemplo, podemos orar con los versículos de Mateo 11 así: “Oh Señor, vengo a Ti ahora mismo. Señor Jesús, estoy trabajando arduamente y estoy cargado por tantas cosas. Señor, sé mi descanso ahora mismo”.
4. Cantar al Señor: ¡Ésta es una manera tan disfrutable para venir a Él! A menudo podemos encontrar descanso para nuestras almas cuando cantamos himnos al Señor. Por ejemplo, aquí hay algunas estrofas de un himno de Witness Lee:
Vengo a Ti, Señor,
De Ti yo tengo sed;
Beber de Ti, comer de Ti,
Es mi mayor placer.
En esta comunión,
Eres la gracia͜ en mí;
De regocijo lleno͜ estoy,
Y descansando͜ en Ti.
Para escuchar la melodía y leer toda la letra, haga clic aquí.
Cada vez que nos sintamos llenos de agitación y agobiados por las cargas, simplemente necesitamos venir al Señor a fin de encontrar descanso para nuestras almas. Entonces, incluso en medio de los días difíciles y ajetreados, lo experimentaremos a Él como la perfecta paz y la plena satisfacción.
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