7 consejos para desarrollar el hábito de leer la Biblia diariamente
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La Biblia es un regalo precioso de Dios. Nos transmite muchas cosas, entre ellas el propósito de Dios y Su camino de salvación. Como creyentes, no podemos darnos el lujo de no conocer su contenido.
En una entrada anterior vimos que el primer paso —el más básico— para entender la Biblia es leerla de principio a fin. Así es como adquirimos una familiaridad básica con las Escrituras que sienta las bases para que podamos entender la Palabra de Dios.
La Biblia es un libro extenso. Consta de 39 libros en el Antiguo Testamento, 27 libros en el Nuevo Testamento, cientos de capítulos y miles de versículos. Leer toda la Biblia requiere que nos comprometamos a establecer un hábito. E incluso si ya hemos leído toda la Biblia, la Palabra de Dios es profunda; necesitamos leerla una y otra vez, durante toda nuestra vida.
Pero ¿cómo podemos desarrollar este hábito saludable y necesario?
En esta entrada, repasaremos siete consejos prácticos para ayudar a desarrollar el hábito de leer la Biblia diariamente.
1. Orar para tener hambre de la Palabra de Dios
Amós 8:11 dice:
“He aquí, vienen días, declara el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír las palabras de Jehová”.
Puede haber momentos en los que no tengamos muchas ganas de leer la Biblia. A veces incluso puede sentirse como una tarea onerosa de completar. Cuando nos sentimos así, simplemente necesitamos pedirle al Señor que nos dé hambre de Su Palabra. Podemos orar algo sencillo, como esto:
“Señor, gracias por darnos Tu Palabra preciosa. Dame hambre de oír Tus palabras. Ayúdame a desarrollar el hábito de leer la Biblia todos los días”.
2. Establecer un tiempo definido para leer la Biblia
Es útil programar un tiempo regular para leer la Biblia. Un momento excelente es temprano por la mañana, antes de que empiece el ajetreo del día. También podemos leer mientras almorzamos o antes de acostarnos. No importa cuándo sea, tener un tiempo designado incorpora la lectura de la Biblia a nuestra rutina diaria.
3. Leer la Biblia consecutivamente, libro tras libro
Tal vez hayamos leído la Biblia sin seguir un orden definido, leyendo un pasaje aquí o un versículo allá. Definitivamente nos beneficiamos de cualquier manera que leamos la Palabra de Dios, pero es difícil leer toda la Biblia de esta manera. Una buena estrategia es leer libro por libro, capítulo tras capítulo, sin saltarse ninguna porción.
Y esto significa que no tenemos que pasar tiempo decidiendo cuál porción leer cada vez que abrimos la Biblia. Simplemente continuamos donde nos quedamos. A medida que completamos nuestra lectura del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, comenzaremos a ver cuán cohesiva es la Biblia.
4. Acudir a la Palabra con su corazón vuelto al Señor
Cada vez que acudimos a la Palabra, es bueno primero volver nuestro corazón al Señor Jesús. La Biblia no es como un libro de texto seco y denso. Es la palabra de nuestro Dios amoroso para nosotros. Así que antes de empezar a leer, hacer una oración sencilla como ésta nos ayuda a abrir nuestro corazón a Él:
“Señor Jesús, vuelvo mi corazón a Ti ahora mismo. Háblame en Tu Palabra. Estoy abierto a lo que me quieras decir. Querido Señor, alúmbrame mientras leo hoy”.
5. Orar acerca de lo que lee
En el transcurso de nuestra lectura, puede que nos llame la atención un versículo o una frase en particular. Esta porción puede consolarnos, redargüirnos o aplicarse específicamente a nuestra situación. Otras veces, un versículo puede dejarnos perplejos. Cualquiera que sea nuestra reacción, cuando nos llame la atención un pasaje en particular deberíamos detenernos y orar acerca de ello.
Podemos dar gracias al Señor por el consuelo, el aliento o las promesas que encontramos en Su Palabra. También podemos pedirle que nos muestre el significado de un pasaje o simplemente hablar con Él sobre un versículo.
De esta manera, la Biblia puede llegar a ser un libro de oración para nosotros, llevándonos a pasar tiempo con nuestro querido Señor Jesús y a desarrollar una relación íntima con Él.
6. Mantener un registro de su lectura de la Biblia
Es útil mantener un registro de su progreso a medida que lee. Usted puede anotar la fecha de cuando termina un capítulo o libro en su Biblia, o marcar cada libro en el índice después de haberlo leído. También puede usar un programador de lectura en línea, una aplicación o un diario para registrar su progreso.
Llevar un registro de nuestro progreso puede ser muy alentador. Puede que no le parezca significativo leer un capítulo al día. Pero si usted hace esto, ¡terminará todo el Nuevo Testamento en menos de un año!
7. Ser guardados de las distracciones
Dado que la lectura de la Biblia es tan importante, tenemos que atesorar e incluso guardar el tiempo que hemos apartado para disfrutar de la Palabra de Dios. Hay muchas cosas hoy que pueden interrumpirnos o distraernos. Puede que pensemos que no tenemos tiempo para leer la Biblia, pero podemos pasar una hora o más en las redes sociales.
Cuando llegue el momento de leer la Biblia, es útil configurar su teléfono en “No molestar” para que las notificaciones entrantes no lo interrumpan. Esto puede ayudarle a mantenerse concentrado en la Palabra de Dios.
Algunas personas encuentran que leer la Biblia en un teléfono o tableta no es lo ideal porque hay muchas distracciones allí mismo. Si usted se siente así, trate de usar una versión impresa de la Biblia para ayudarlo a centrar toda su atención en la Palabra de Dios. Si usted vive en los Estados Unidos, puede pedir gratis un Nuevo Testamento impreso aquí.
Un hábito de leer la Biblia diariamente sentará una base sólida para nuestra vida cristiana, aumentando nuestra fe y ayudándonos a conocer más al Señor Jesús. ¡Que Dios nos conceda a todos el hambre de leer Su Palabra!