Siete consejos para desarrollar el hábito de leer la Biblia diariamente

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mujer leyendo la Biblia sobre la mesa

En una entrada anterior, vimos que el primer paso para entender la Biblia es leerla por nosotros mismos, de principio a fin. Así es como comenzamos a adquirir los componentes básicos de las Escrituras que son la base para nuestra comprensión de la Palabra de Dios. Pero ¿cómo empezamos? ¿Qué podemos hacer para desarrollar este hábito saludable y necesario de leer la Biblia regularmente?

En esta entrada, vamos a ver siete consejos prácticos que lo ayudarán a desarrollar un hábito diario de leer la Biblia.

1. Orar para tener hambre por la Palabra de Dios

En el Salmo 119, vemos el amor y el hambre del salmista por la Palabra de Dios. En el versículo 103 él exclama:

“¡Cuán dulces son a mi paladar Tus Palabras! ¡Más dulce que la miel a mi boca!”

Nosotros también podemos experimentar este tipo de gozo cuando acudimos a la Biblia. Simplemente necesitamos pedirle a Dios que nos dé hambre de Su Palabra. Sin duda esta es una oración que Dios se deleitaría en responder.

2. Establecer un tiempo definido

Es de gran ayuda fijar un tiempo para leer la Biblia. Un tiempo excelente es temprano en la mañana, antes de que comience todo el ajetreo del día. Otros tiempos posibles son durante el almuerzo o antes de ir a dormir. Tener un tiempo programado nos ayuda a recordar que debemos leer la Palabra e incorpora este hábito a nuestra rutina diaria.

3. Leer consecutivamente

Quizás anteriormente hayamos leído la Biblia sin seguir un orden, leyendo un pasaje aquí y una sección allá. Pero una buena estrategia para leer la Palabra de manera regular y consistente es hacerlo consecutivamente, capítulo por capítulo y libro por libro. De esta manera no tenemos que decidir qué leer cada vez que abrimos la Biblia. A medida que la leemos de principio a fin, comenzaremos a ver cuán coherente es la Biblia.

4. Volver su corazón al Señor

Cada vez que acudimos a la Palabra, es bueno primero volver nuestro corazón al Señor Jesús. Antes de comenzar nuestra lectura de la Biblia, podemos orar una sencilla oración como esta:

“Señor Jesús, vuelvo mi corazón a Ti ahora mismo. Me abro a Ti. Háblame y lávame en Tu Palabra hoy. Querido Señor, aún me queda mucho por ver en Tu Palabra. Ilumíname más mientras leo hoy”.

Hacer una oración sencilla como ésta nos ayudará a estar abiertos a cualquier cosa que el Señor desee hablarnos a través de Su Palabra.

5. Orar acerca de lo que lee

A veces, mientras estamos leyendo la Biblia, un versículo en particular nos llama la atención. Puede que dicho versículo nos consuele, nos redarguya o se aplique exactamente a nuestra situación. En otras ocasiones, es posible que un versículo nos deje perplejos. Cualquiera que sea nuestra reacción, cuando somos impresionados por una porción en particular, debemos detenernos y orar con base en ella. Podemos agradecer al Señor o alabarlo por las promesas que encontramos en Su Palabra. También podemos pedirle que nos muestre el significado de cierto pasaje o simplemente hablarle acerca de un versículo.

De esta manera, la Biblia puede llegar a ser un libro de oración que nos ayuda a pasar tiempo con nuestro querido Señor Jesús y a desarrollar nuestra relación con Él.

6. Llevar un registro de su lectura bíblica

Es bueno llevar un registro de lo que ha leído, y hay muchas maneras de hacerlo. Usted puede marcar la fecha en que termina un capítulo o libro en su Biblia física. Puede marcar como completado cada libro en el índice cuando lo termina. También puede marcar el número de veces que ha leído todo el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.

Llevar un registro de nuestro progreso nos anima a desarrollar el hábito de leer la Biblia. Por ejemplo, usted podría pensar que va demasiado lento si lee un capítulo al día. Sin embargo, a ese ritmo terminará de leer todo el Nuevo Testamento en menos de un año. Y al cabo de cinco años, si usted mira su registro, ¡se dará cuenta de que ha leído el Nuevo Testamento siete veces! Ver este tipo de progreso nos anima a seguir adelante.

7. Ser guardado de las distracciones

Dado que leer la Biblia diariamente es tan importante para nosotros como cristianos, necesitamos atesorar el tiempo que hemos apartado para disfrutar la Palabra de Dios. Nuestras vidas están llenas de cosas que nos pueden interrumpir o distraer, por lo que debemos ser proactivos para guardar nuestro tiempo designado para leer la Biblia.

Por ejemplo, quizás quiera silenciar su teléfono durante este tiempo para que las llamadas entrantes, los mensajes de texto y otras notificaciones no lo interrumpan. Decidir no responder a estas alertas lo ayudará a concentrarse en la Palabra. Algunas personas encuentran que leer la Biblia en un dispositivo electrónico no es lo más ideal, debido a las numerosas distracciones. Si este es su caso, podría intentar usar una versión impresa de la Biblia para ayudarle a centrar toda su atención en la Palabra de Dios (puede pedir gratuitamente un Nuevo Testamento de estudio aquí.).

Un hábito diario de leer la Biblia establecerá una base para nuestra vida cristiana, ya que fortalecerá nuestra fe y nos ayudará a conocer al Señor Jesús de una manera más profunda. ¡Que Dios nos conceda a todos Su gracia para leer Su Palabra diariamente a fin de que podamos crecer en nuestro conocimiento de la verdad!