¿Quién puede resolver el problema de la muerte?

El 30 de septiembre, una pregunta sorprendente apareció en letras grandes en la portada de la revista Time :

“¿Puede Google resolver la muerte?”

Google ha resuelto muchos problemas al producir infinidad de herramientas innovativas, las cuales usamos todo el tiempo. Uno no puede más que quedarse impresionado por la imaginación, creatividad y capacidad con la que Google cuenta. Pero, ¿resolver la muerte? verdaderamente eso sería un logro sorprendente.

Time explica lo que verdaderamente quiere decir por medio de la siguiente declaración en letra pequeña: “El gigante de las búsqueda se embarcará en la aventura de prolongar la vida de las personas”.

Resolver la muerte y prolongar la vida de las personas son dos cosas distintas. Debido al aumento del conocimiento y la tecnología, los científicos han logrado grandes avances en el campo de la medicina y la salud, los cuales nos ayudan a vivir más tiempo y algunas enfermedades hasta han sido eliminadas. Sin embargo, en la historia de la humanidad, nadie ha podido “resolver” el problema de la muerte. La muerte sigue allí, alcanzando el núcleo más profundo de nuestra existencia humana.

En Bibles for America, esta portada de la revista nos tomó por sorpresa, puesto que acabamos de escribir un nuevo tratado del evangelio que se titula “Librados del temor de la muerte”, el cual aborda este problema incesante de la muerte. Deseamos compartir el siguiente contenido del nuevo tratado con usted y esperamos que usted tome la oportunidad de compartirlo con otras personas que conozca que estén lidiando con el problema de problemas.

Librados del temor de la muerte

A la mayoría no nos gusta pensar en la muerte, mucho menos hablar de ella. Es un tema aterrador, pero, de una forma u otra, la muerte nos ha tocado cuando sufrimos la pérdida de un pariente, amigo, vecino o algún otro conocido.

Aunque intentamos prolongar la vida, nadie puede escaparse de la muerte. Cuando el llamado final de la muerte llega a nosotros, todos, seamos ricos o pobres, fuertes o débiles, famosos o desconocidos, debemos rendirnos.

La muerte no sólo es aterradora por ser inevitable y poderosa, sino también por ser misteriosa. ¿Qué sucede cuando la vida que conocemos llega a su fin? ¿Qué nos espera en el gran desconocido más alla de la muerte? La Biblia apropiadamente dice que durante toda nuestra vida hemos estado sujetos a esclavitud por el temor de la muerte.

El origen de la muerte

Sin embargo, nuestro Creador amoroso, el Dios viviente, no tenía la intención de que muriéramos. Desde el principio, Él deseaba compartir Su vida eterna con nosotros.

Entonces, ¿de dónde proviene la muerte? La muerte es el resultado del pecado que fue inyectado en la humanidad por el enemigo de Dios, Satanás. Cuando Dios creó al hombre, Su intención era que recibiera Su vida. Sin embargo, antes de que el hombre pudiera recibirla, el diablo, Satanás, lo engañó y lo envenenó con su propia naturaleza pecaminosa. Como resultado, nuestro espíritu humano, creado para contactar a Dios, se amorteció; nuestra alma, en particular nuestra mente, se convirtió en enemiga de Dios; y nuestro cuerpo humano, hecho por Dios como un vaso puro, se contaminó con el pecado, quedando así condenado a la muerte física.

No obstante, la muerte física no es el final. La Biblia nos dice que está reservado a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. ¿De qué seremos juzgados por Dios? Primordialmente, seremos juzgados con base a si hemos creído o no en Jesucristo, quien murió por nuestros pecados y venció la muerte para liberarnos eternamente de su poder. Si no creemos en Él, nos tendremos que enfrentar con la segunda muerte, la cual es el lago de fuego, pereciendo en el tormento eterno.

Aquel que resuelve la muerte

¿Quien es Jesucristo? Él es Dios mismo quien se hizo un hombre de carne y sangre y vivió una vida sin pecado. Luego, Él murió en la cruz por nosotros los pecadores. Pero tres días después de ser crucificado, resucitó de entre los muertos. ¡Él derrotó el poder de la muerte! Al morir por nosotros, Él resolvió el problema de nuestros pecados. Al resucitar de entre los muertos, Él quebrantó el poder que la muerte tenía sobre nosotros.

Cristo vive hoy y para siempre. En resurrección Él fue hecho el Espíritu vivificante, que ahora está disponible para todos. Como el Espíritu Él puede entrar en nosotros con Su vida victoriosa que vence la muerte. Cuando recibimos al Cristo resucitado al creer en Él, Él vivifica nuestro espíritu con Su vida eterna hoy y nos libera de la segunda muerte, la muerte eterna, en el futuro.

Podemos ser libres del temor de la muerte

Cristo habló esta promesa: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá”.

El Señor Jesús desea liberarle del temor de la muerte y darle la esperanza de la vida eterna. Abra su corazón y ore así:

“Señor Jesús, creo que moriste por mis pecados en la cruz. Creo que resucitaste de entre los muertos. Gracias por venir y darme vida eterna. Te recibo como mi Salvador y mi vida. ¡Señor, entra en mí! Amén”.

¡Comparta estas buenas nuevas con las personas a su alrededor de Aquel que conquistó la muerte para darnos la vida eterna!


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